Los niños – tele : El nuevo homo videns

Los niños – tele : El nuevo homo videns

LOS NIÑOS – TELE : EL NUEVO HOMO VIDENS

 

Giovanni Sartori, en su obra advierte sobre el empobrecimiento del entendimiento y la pérdida de la capacidad de abstracción. Ambos hechos estarían provocados por la primacía de la imagen( la televisión ) sobre la palabra escrita.
El juguete es un concepto imprescindible y en el que toma su máximo valor en el contexto del desarrollo humano. Es a través del juguete que los niños exploran, descubren, aprenden e interactúan con múltiples objetos y problemas que forman una parte importante de su adecuado desarrollo como individuos.
El compañero se convierte en la pantalla donde se proyectan sus propios estados emocionales que, de esta manera, pueden ser articulados y así se los puede manejar. Los peluches están allí cuando los niños sienten que han sido dejados solos, les dan un firme equilibrio y funcionan como compañeros de conversación y de esta manera contribuyen, a tener resistencia psicológica.
Para los niños, el compañero tiene una personalidad y está cuasi vivo. Intuitivamente, le atribuyen sentimientos y una voluntad personal. De hecho, establecen una relación imaginaria ( “ relación para social») , que permite al niño experimentar.
Sin embargo en la época actual, el juego se ha supeditado a las grandes corporaciones y grandes marcas que utilizan los juguetes para fomentar un sistema de vida, marcando patrones y hábitos de consumo, no dejando sitio a esta relación ya que el producto lleva la voz cantante.
En la actualidad los modelos del compañero ideal personifica algo con su presentación, con el material y con las referencias ( por ej. un programa de TV ) . Las muñecas tienen un color de piel, los peluches hacen referencia a tipos específicos de animales y los personajes, a programas específicos, etc. .
A través de estas obras planteo la simbiosis entre los niños, las marcas, y los juegos, estas dos últimas se encargan de alienar los sistemas del niño y limitando su sistema de relación social.
Cambiándolo, transformándolo hasta tal punto que se desfigura su propia niñez. Es decir, prepara al niño para un nuevo rol, y lo que queda es la creación en collage de distintos hábitos, consumistas .El niño queda en última instancia, detrás de la maraña, la dislocación de la manipulación sufrida y así pueden servir como una especie de comunicador de producto y mediador entre padres e hijos.
El niño, detrás de la máscara creada de la falsa niñez se convierte en una serie, una referencia de catalogo, una especie de avatar o una representación gráfica, totalmente distorsionada que se asocia a un usuario para su futura identificación en su demandad. Se posiciona detrás del juguete –producto adquiriendo esos valores potenciando la anestesia emocional y siguiendo la pauta de, lo que denominamos redes sociales.